Celebración del
Año litúrgico
…Por ello, la Pascua no es simplemente una fiesta entre otras: es la “Fiesta de las fiestas”, “Solemnidad de las solemnidades”, como la Eucaristía es el Sacramento de los sacramentos (el gran sacramento). San Atanasio la llama “el gran domingo” (Epistula festivalis 1 [año 329], 10: PG 26, 1366), así como la Semana Santa es llamada en Oriente “la gran semana”. El Misterio de la Resurrección, en el cual Cristo ha aplastado a la mue“te, penetra en”nuestro viejo tiempo con su poderosa energía, hasta que todo le esté sometido.
En el Concilio de Nicea (año 325) todas las Iglesias se pusieron de acuerdo para que la Pascua cristiana fuese celebrada el domingo que sigue al plenilunio (14 del mes de Nisán) después del equinoccio de primavera. Por causa de los diversos métodos utilizados para calcular el 14 del mes de Nisán, en las Iglesias de Occidente y de Oriente no siempre coincide la fecha de la Pascua. Por eso, dichas Iglesias buscan hoy un acuerdo, para llegar de nuevo a celebrar en una fecha común el día de la Resurrección del Señor.
El año litúrgico es el desarrollo de los diversos aspectos del único misterio pascual. Esto vale muy particularmente para el ciclo de las fiestas en torno al misterio de la Encarnación (Anunciación, Navidad, Epifanía) que conmemoran el comienzo de nuestra salvación y nos comunican las primicias del misterio de Pascua.
(Catecismo de la Iglesia Católica 1168-1171)
La santa Iglesia conmemora la obra salvífica de Cristo en días determinados del curso del año. Celebra la memoria de la Resurrección del Señor cada semana, en el día llamado domingo; y una vez por año, en la gran solemnidad de Pascua, esa memoria se une a la de su Pasión. Durante el transcurso del año desarrolla todo el Misterio de Cristo y conmemora las fiestas de los Santos.
Y en los diferentes tiempos del año litúrgico la Iglesia perfecciona la formación de los fieles mediante piadosos ejercicios corporales y espirituales, enseñanzas, oraciones, penitencias y obras de misericordia, de acuerdo con la disciplina tradicional.
Los principios que siguen pueden y deben aplicarse, tanto al Rito romano como a todos los otros Ritos. Con todo, las normas prácticas deben considerarse concernientes solamente al Rito romano, a no ser que se trate de cosas que, por su misma índole, se refieran igualmente a los demás ritos
(Carta Apostólica «Mysterii Paschalis» 1 y 2)
El tiempo de Adviento tiene dos características: es a la vez un tiempo de preparación a las solemnidades de Navidad en que se conmemora la primera Venida del Hijo de Dios entre los hombres, y un tiempo en el cual, mediante esta celebración, el ánimo se dirige a esperar la segunda Venida de Cristo al fin de los tiempos. Por estos dos motivos, el Adviento se presenta como un tiempo de piadosa y alegre esperanza.
El tiempo de Adviento comienza con las primeras vísperas del domingo que cae el 30 de noviembre, o más próximo a ese día, y concluye antes de las primeras vísperas de Navidad.
Los domingos de este tiempo se llaman: primer, segundo, tercer y cuarto domingo de Adviento.
Las ferias del 17 al 24 de diciembre, inclusive, se ordenan más directamente a la preparación de la Navidad.
(Carta Apostólica «Mysterii Paschalis» 39-42)
En la Iglesia, la celebración más antigua después de la del Misterio Pascual es la memoria del Nacimiento del Señor y sus primeras manifestaciones, que se realiza en el tiempo de Navidad.
El tiempo de Navidad va desde las primeras vísperas de Navidad hasta el domingo después de Epifanía, o después del 6 de enero, inclusive.
La Misa de la vigilia de Navidad se celebra en la tarde del 24 de diciembre, antes o después de las primeras vísperas.
El día de Navidad se pueden celebrar tres Misas, según una antigua tradición de la Iglesia Romana, o sea en la noche, en la aurora y en el día.
El día de Navidad tiene su octava propia dispuesta de la siguiente manera:
a) Domingo dentro de la octava, o en su defecto, el día 30 de diciembre: fiesta de la Sagrada Familia.
b) El 26 de diciembre: fiesta de san Esteban, el primer mártir.
c) El 27 de diciembre: fiesta de san Juan, apóstol y evangelista.
d) El 28 de diciembre: fiesta de los santos Inocentes.
e) El 29, 30, 31 de diciembre son días «dentro de la octava».
f) El 1 de enero, octava de Navidad: solemnidad de santa María Madre de Dios, en que se conmemora también la imposición del santo Nombre de Jesús.
El domingo entre el 2 y 5 de enero se llama Domingo 2° después de Navidad.
La Epifanía del Señor se celebra el 6 de enero, a no ser que se transfiera -donde no es de precepto- al domingo situado entre el 2 y el 8 de enero.
La fiesta del Bautismo del Señor se celebra el domingo siguiente al 6 de enero.
(Carta Apostólica «Mysterii Paschalis» 32-38)
Bendición del Belén
Bendición de la cena de nochebuena
El tiempo de Cuaresma esta ordenado a la preparación de la celebración de Pascua. En efecto, la liturgia cuaresmal dispone a la celebración del Misterio Pascual, tanto a los catecúmenos, haciéndolos pasar por los diversos grados de la iniciación cristiana, como a los fieles, que recuerdan el bautismo y hacen penitencia.
El tiempo de Cuaresma va desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor, exclusive.
Desde el comienzo de Cuaresma hasta la Vigilia Pascual no se dice Aleluia.
El miércoles que comienza la Cuaresma, que es en todas partes día de ayuno, se imponen las cenizas.
Los domingos de este tiempo se llaman: primer, segundo, tercer, cuarto, quinto, domingo de Cuaresma. El sexto domingo, con el que comienza la Semana Santa, se llama «Domingo de Ramos de la Pasión del Señor».
La Semana Santa está destinada a conmemorar la Pasión de Cristo desde su entrada mesiánica en Jerusalén.
Durante la mañana del Jueves Santo, el Obispo que concelebra la Misa con su presbiterio, bendice los óleos sagrados y consagra el santo crisma.
(Carta Apostólica «Mysterii Paschalis» 27-31)
Vía Crucis
Os compartimos 11 Vía Crucis, en formato breve y sencillo, para descargar y rezar (son diferentes versiones):
También os dejamos otras versiones para utilizar:
La obra de la redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, Cristo la realizó principalmente por el Misterio Pascual, mediante el cual con su muerte destruyo nuestra muerte y con su Resurrección restauró nuestra vida. Por esta razón el santo Triduo pascual de la Pasión y Resurrección del Señor es el centro del ano litúrgico. Así como el domingo constituye el núcleo de la semana, también la solemnidad de Pascua constituye el núcleo del año litúrgico.
El Triduo de la Pasión y Resurrección del Señor comienza con la Misa vespertina de la Cena del Señor; tiene su centro en la Vigilia Pascual y concluye con las vísperas del domingo de Resurrección.
El Viernes Santo de la Pasión del Señor y -según las posibilidades- también el Sábado Santo hasta la Vigilia Pascual se guarda en todas partes el sagrado ayuno pascual.
La Vigilia Pascual, en la noche santa de la Resurrección del Señor, es considerada como «la madre de todas las santas vigilias», en ella, la Iglesia espera en vela la Resurrección de Cristo y la celebra en los sacramentos. Por consiguiente, la celebración de esta santa Vigilia debe hacerse totalmente de noche, es decir, empezar después del comienzo de la noche y terminar antes del alba del domingo.
(Carta Apostólica «Mysterii Paschalis» 18-21)
Domingo de Ramos
Jueves Santo
Arriba podrás encontrar dos vídeos que nos ayudan a entender el sentido del día de Jueves Santo. Reproduce estos para profundizar y compártelo con tu comunidad.
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Por otro lado, os dejamos los documentos de las últimas Horas Santas realizadas en la parroquia en este día de Amor y Servicio:
Viernes Santo
Arriba podrás encontrar dos vídeos que nos ayudan a entender el sentido del día de Viernes Santo. Reproduce estos para profundizar y compártelo con tu comunidad.
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Por otro lado, os dejamos algunos documentos para seguir interiorizando y trabajando este día en el que Cristo se entrega por nosotros:
Sábado Santo
Los cincuenta días a partir del domingo de la Resurrección hasta el de Pentecostés se celebran en la alegría y exultación, como si se tratase de un solo día de fiesta, o mejor, de un «gran domingo».
Son los días en que especialmente se canta el aleluia.
Los domingos de este período se consideran como domingos de Pascua, y, después del domingo de Resurrección, se los designa como: segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo domingo de Pascua. El domingo de Pentecostés cierra este sagrado periodo de cincuenta días.
Los ocho primeros días del tiempo pascual constituyen la octava de Pascua, y se celebran como solemnidades del Señor.
La Ascensión del Señor se celebra el cuadragésimo día después de Pascua, a no ser que se traslade al séptimo domingo de Pascua, en los lugares donde no es de precepto (cf. n. 7).
Las ferias después de la Ascensión hasta el sábado antes de Pentecostés, inclusive, son preparatorias a la venida del Espíritu Santo.
(Carta Apostólica «Mysterii Paschalis» 22-26)
Bendición de las casas en Tiempo Pascual
Vía Lucis
Fuera de los tiempos que poseen su característica propia, quedan en el ciclo anual, 33 ó 34 semanas en que no se celebra ningún aspecto particular del Misterio de Cristo. Con todo, también se celebra en ellas el mismo Misterio de Cristo en su plenitud, especialmente el domingo. Este período se llama tiempo «durante el año».
El tiempo «durante el año» comienza el lunes siguiente al domingo que cae después del 6 de enero y se continúa hasta el martes anterior a la Cuaresma, inclusive: comienza nuevamente el lunes después del domingo de Pentecostés y se acaba antes de las primeras vísperas del primer domingo de Adviento.
Por esta causa, se usa una serie de formularios para los domingos y ferias de este tiempo, que se encontrarán en el Misal y en la Liturgia de las Horas.
(Carta Apostólica «Mysterii Paschalis» 43-44)